Hoy conmemoramos el aniversario de La Restauración, un hecho histórico que marcó la lucha del pueblo dominicano por la soberanía y la dignidad frente a la ocupación extranjera. Es un día para recordar la valentía de quienes, en 1863, arriesgaron sus vidas por la independencia de nuestra nación.
Sin embargo, mientras celebramos nuestra libertad histórica, no podemos dejar de mirar con atención los desafíos contemporáneos a la libertad de expresión y de prensa en nuestro país. La reciente promulgación del nuevo Código Penal, que incluye sanciones que afectan directamente a periodistas y medios digitales, plantea serias preocupaciones. Medidas que limitan el derecho a informar o que criminalizan la crítica pueden convertirse en un freno al ejercicio democrático y a la vigilancia ciudadana.
En un contexto en el que muchos medios alternativos y digitales luchan por mantenerse sin apoyo estatal, este tipo de disposiciones generan un clima de autocensura y vulnerabilidad. La celebración de La Restauración debería inspirarnos a defender también las libertades fundamentales que son pilares de la democracia, entre ellas, la libertad de prensa.
¿Cómo podemos celebrar este aniversario de manera coherente con los valores de la independencia y la libertad? Primero, reconociendo el valor de quienes defienden la verdad hoy, en los medios digitales, en las calles y en las redacciones. Segundo, promoviendo espacios de diálogo donde se discuta la protección de la prensa y la actualización de las leyes para que no restrinjan injustamente la labor periodística. Y tercero, fomentando la participación ciudadana en la defensa de los derechos fundamentales, recordando que la soberanía también se ejerce en la vigilancia de quienes nos gobiernan.
Este 16 de agosto debería ser, más que un desfile o una ceremonia, un llamado a la conciencia. La Restauración no es solo historia; es un recordatorio de que la libertad, en todas sus formas, debe ser defendida cada día. Celebrémosla, entonces, protegiendo la independencia de pensamiento y la capacidad de informar, sin censura ni temor.