Un informe de Reporteros Sin Fronteras revela que en 160 de los 180 países analizados, los medios enfrentan graves dificultades económicas que amenazan su independencia y viabilidad
La organización no gubernamental Reporteros Sin Fronteras (RSF) ha advertido que la libertad de prensa enfrenta una crisis sin precedentes en todo el mundo, impulsada principalmente por la falta de estabilidad financiera de los medios de comunicación. En su Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2025, la entidad señala que el cierre constante de medios afecta a cerca de un tercio de los países analizados, generando un entorno mediático cada vez más vulnerable, concentrado y expuesto a presiones económicas y políticas.
Aunque las agresiones físicas a periodistas son el rostro más visible de las amenazas a la prensa, RSF destaca que las presiones económicas son más insidiosas y persistentes, erosionando la calidad y la independencia del periodismo. El indicador económico del informe ha caído a un nivel crítico sin precedentes, reflejando una crisis estructural que afecta desde medios locales hasta agencias internacionales.
Un contexto económico adverso: concentración, presión y opacidad
El informe subraya que la concentración de la propiedad de medios, la interferencia de los anunciantes y accionistas, así como la falta o manipulación de ayudas públicas, conforman un terreno fértil para el debilitamiento del periodismo libre e independiente. “Sin independencia financiera, no hay prensa libre”, concluye categóricamente RSF.
La organización insta a restaurar una economía de medios sostenible, que permita garantizar la producción de información fiable y al servicio del interés general, algo que consideran “costoso pero esencial”. Proponen aplicar soluciones estructurales a gran escala, tales como políticas públicas de financiamiento transparente, regulación antimonopolio y modelos colaborativos de sostenibilidad.
América y otras regiones en retroceso
Entre los 160 países con dificultades financieras para sus medios, figuran Estados Unidos (puesto 57), Argentina (87) y Túnez (129). En Palestina (163), la situación se califica como “desastrosa” debido al bloqueo prolongado por parte del Ejército israelí.
La situación es crítica también en Nicaragua (172), Bielorrusia (166), Irán (176), Birmania (169), Sudán (156), Azerbaiyán (167) y Afganistán (175), donde los problemas económicos se agravan con fuertes presiones políticas y represalias estatales contra periodistas y medios independientes.
En Estados Unidos, más del 60 % de los periodistas encuestados en estados clave como Arizona, Florida, Nevada y Pensilvania afirma que es difícil ganarse la vida como periodista, mientras que el 75 % señala que la viabilidad económica de medios medianos es altamente compleja. A esto se suma la pérdida de más de 14 puntos en el indicador económico y una caída de 28 puestos en el indicador social, revelando un ambiente cada vez más hostil hacia la prensa.
Además, la suspensión de fondos de cooperación de USAID ha dejado a cientos de medios en estado crítico, particularmente en países como Ucrania (62), donde muchos han debido cerrar ante la imposibilidad de sostener sus operaciones.
Una brecha global cada vez más marcada
Por primera vez, la puntuación promedio de libertad de prensa en todos los países cae por debajo de los 55 puntos, lo que la RSF interpreta como haber cruzado una “nueva línea roja”. En total, 112 países presentan retrocesos en la clasificación, mientras que la situación es “mala” en la mitad de ellos y “satisfactoria” en menos de uno de cada cuatro.
En 42 países, que representan al 56,7 % de la población mundial, la libertad de prensa se considera “muy grave”, incluyendo a Uganda (143), Etiopía (145), Ruanda (146) y Hong Kong, que ahora figura con el mismo color rojo que China, Corea del Norte y Eritrea, los tres últimos en el ránking.
En Asia Central, Kirguistán (144) y Kazajistán (141) también muestran un panorama sombrío. En Oriente Próximo, Jordania cae 15 puestos hasta el 147 tras implementar leyes restrictivas para la prensa.
Europa resiste, pero con divisiones internas
A pesar de que Europa lidera el ránking global, la región muestra una creciente fractura interna. Europa del Este y Asia Central sufren la caída más fuerte en puntuación global, mientras que la Unión Europea y los Balcanes mantienen las puntuaciones más altas.
No obstante, Portugal (8), Croacia (60) y Kosovo (99) experimentan un deterioro notable. El único país con una “situación buena” en los cinco indicadores es Noruega, que mantiene su liderazgo por noveno año consecutivo, ampliando su ventaja con respecto al resto del mundo.