En un país donde las leyes de tránsito y la seguridad ciudadana deberían ser prioridades, la realidad que enfrentan los residentes de Ciudad Juan Bosch refleja una cruda indiferencia por parte de las autoridades.
La falta de presencia de agentes de la Digesett, el Intrant, la Policía Nacional y otras fuerzas civiles y militares ha dejado a la ciudad vulnerable, especialmente durante la noche, cuando la falta de control en las calles aumenta el riesgo de accidentes y situaciones de inseguridad.
A pesar de los esfuerzos de los pocos agentes de seguridad locales, Ciudad Juan Bosch, con más de 25,000 familias y una creciente población de haitianos indocumentados, se enfrenta a una creciente problemática de violaciones de tránsito.
En horas nocturnas, cuando los agentes de la Digesett se retiran a las 10 de la noche y la policía brilla por su ausencia, los conductores imprudentes aprovechan para hacer lo que deseen sin ningún tipo de sanción.
La ciudad, que cuenta con reglamentos internos, normas de convivencia y calles perfectamente señalizadas, parece haber sido abandonada a su suerte.
Los agentes de seguridad que prestan servicio en la zona, muchos de ellos sin recibir incentivos o salarios adecuados, no cuentan con el apoyo político ni logístico necesario para hacer frente a esta situación.
La ausencia de la policía y la falta de control efectivo en las calles deja un vacío que no es llenado por las fuerzas de seguridad locales.
La desidia Gubernamental: Ciudad Juan Bosch en crisis
¿Qué pasó con los esfuerzos iniciales de los tres ministros que mostraban interés en mejorar la situación de esta ciudad? Gustavo Montalvo, Lisandro Macarrulla y Joel Santos, quienes en su momento se comprometieron con el desarrollo de Ciudad Juan Bosch, parecen ahora estar ausentes. La ciudad ha quedado huérfana de apoyo institucional, y sus problemas siguen sin resolverse.
Muchos se preguntan si los jóvenes que anteriormente prestaban servicios de seguridad preventiva y educativa, conocidos como agentes de seguridad perimetral, han sido cancelados o si simplemente su labor se convirtió en una mera promesa incumplida.
En la actualidad, no se observa la presencia de esos agentes ni se realizan las labores preventivas que antes se implementaban, como la fiscalización de motoristas y vehículos estacionados en la vía pública.
Los accidentes de tránsito son una constante, y la falta de patrullajes, monitoreo y sanciones reales por las violaciones de tránsito ha convertido las calles de Ciudad Juan Bosch en una zona peligrosa. La situación es aún más grave cuando se considera la falta de alumbrado público adecuado y la escasez de cámaras de videovigilancia.
El desafío del agua potable: Otra crisis para la comunidad
A este panorama de inseguridad se le suma otro desafío crítico que afecta a los residentes de Ciudad Juan Bosch: la crisis del agua potable. Los habitantes han denunciado múltiples problemas relacionados con el abastecimiento de agua, incluyendo averías constantes en las tuberías que dejan a la comunidad sin el servicio básico durante días enteros.
A pesar de los esfuerzos de los residentes por reportar estas averías, las reparaciones se demoran indefinidamente y no existe una solución clara a largo plazo.
Los moradores han expresado su frustración al ver cómo un recurso tan esencial se convierte en una escasez constante. Algunas familias se ven obligadas a comprar agua potable de fuentes privadas a precios elevados, lo que agrava la situación económica de muchos hogares en la zona.
La falta de inversión en infraestructura para la distribución de agua potable, sumado a la ineficiencia en la atención de las solicitudes de reparación, está creando un malestar generalizado. Este problema afecta a miles de familias, que además de lidiar con la inseguridad, enfrentan las dificultades de vivir sin acceso regular a agua limpia y potable.
¿Dónde está la solución?
¿Qué está pasando con la seguridad y los servicios básicos en Ciudad Juan Bosch? La falta de respuestas claras por parte de las autoridades y la desorganización que persiste en la ciudad generan dudas sobre el futuro de la comunidad.
Si bien la ciudad cuenta con dos destacamentos policiales, la realidad es que los pocos efectivos policiales que se encuentran en la zona deben ser desplazados constantemente a otros sectores, lo que deja a Ciudad Juan Bosch completamente desprotegida.
La ciudad no puede seguir esperando. Es urgente que se tomen medidas efectivas en cuanto a seguridad, agua potable y otros servicios básicos. La falta de una verdadera presencia política y gubernamental está deteriorando la calidad de vida de los residentes y poniendo en riesgo el futuro del proyecto urbano que parecía prometedor. La ausencia de apoyo por parte de los funcionarios locales y nacionales es una señal alarmante que requiere una respuesta inmediata.
¿Qué opciones quedan para los ciudadanos?
La pregunta que muchos se hacen es: ¿qué más se puede hacer para que las autoridades se ocupen de esta situación? ¿Es necesario recurrir a métodos más drásticos, como protestas, bloqueos de vías o marchas violentas, para que se tomen medidas efectivas? Lo que es claro es que los habitantes de Ciudad Juan Bosch ya no pueden esperar más.
Es urgente que se tomen acciones reales para resolver los problemas de seguridad, garantizar el cumplimiento de las leyes de tránsito, mejorar el acceso al agua potable y asegurar un futuro más seguro para todos.
Ciudad Juan Bosch merece un compromiso verdadero de parte de las autoridades competentes. La ciudad no puede seguir esperando. ¡Es hora de que se actúe con urgencia!