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Autarquía, Desarrollo Tecnológico y Neutralidad

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Autarquía, Desarrollo Tecnológico y Neutralidad

Por Milton Olivo

El futuro de la República Dominicana debe estar fundamentado en la autarquía económica, un camino estratégico que nos permitirá alcanzar la verdadera independencia económica y sostenibilidad como nación.

Para lograr esto, es esencial basar nuestros esfuerzos en tres pilares fundamentales: el desarrollo de un poderoso sector agroindustrial, la excelencia en el sistema educativo con un enfoque en la investigación, el desarrollo y la innovación, y una posición en política exterior basada en la neutralidad, que nos mantenga equidistantes entre los polos de poder global enfrentados.

El primer pilar de nuestra autarquía económica es el desarrollo de un sector agroindustrial robusto, convirtiéndonos en ser capaces de convertir toda nuestra producción agrícola, en productos con alto valor agregado y no perecederos. Nuestra tierra tiene un enorme potencial para la producción agrícola, y es imperativo crear las condiciones, para que pongamos en producción todas nuestras áreas cultivables.

Este impulso no solo generará empleo y estabilidad económica en las zonas rurales, sino que también permitirá la multiplicación del Producto Bruto Interno (PBI) del país al crear las condiciones de multiplicar las exportaciones.

Las agroindustrias tienen la capacidad de transformar materias primas en productos de mayor valor agregado, lo que incrementará nuestras exportaciones y reducirá la dependencia de importaciones. Al fortalecer nuestras capacidades productivas, podremos asegurarnos de que los alimentos y productos básicos sean accesibles para todos los dominicanos, reforzando así nuestra soberanía alimentaria. Además de perseguir convertirnos en un importante suplidor global de alimentos.

El segundo pilar esencial es la búsqueda de la excelencia en nuestro sistema educativo. Debemos enfocarnos en impulsar la investigación, el desarrollo y la innovación (I+D+i) desde las primeras etapas de la educación formal. La formación de recursos humanos altamente capacitados en tecnologías avanzadas es crucial para el desarrollo de industrias de alta tecnología, como la microelectrónica.

La producción de semiconductores, por ejemplo, es una industria con altísimo valor agregado que puede posicionar a la República Dominicana como un jugador clave en el mercado global.

Esto no solo diversificará nuestra economía, sino que también creará oportunidades de empleo altamente especializado y bien remunerado para nuestros ciudadanos.

El tercer pilar, y no menos importante, es la adopción en nuestra política exterior de una postura de neutralidad en el escenario internacional. En un mundo cada vez más polarizado, es vital que la República Dominicana mantenga una posición equidistante entre los polos de poder global enfrentados. Esta neutralidad nos permitirá evadir situaciones que puedan involucrarnos y perjudicarnos en los conflictos globales existentes entre las potencias enfrentadas.

Nuestro gran desafío diplomático será mantener relaciones armoniosas con todas las naciones, basándonos en el respeto mutuo y la cooperación. La neutralidad no sólo nos proporcionará estabilidad política y económica, sino que también nos permitirá concentrarnos en nuestros propios intereses y prioridades sin ser arrastrados a conflictos externos.

Avanzar hacia la autarquía económica es vital para el destino de la República Dominicana. Al desarrollar un sector agroindustrial potente, sumado a un poderoso sector pesquero industrial, buscar la excelencia en nuestro sistema educativo y mantener una posición de neutralidad en el ámbito internacional, podremos asegurar un futuro próspero y soberano para nuestra nación.

Este es un camino hacia una República Dominicana fuerte, independiente y capaz de enfrentar los desafíos del siglo XXI con confianza y determinación, de manera que cuando el presidente Luis Abinader afirma que este cuatrienio será el cuatrienio de la educación y desarrollo de una industria de semiconductores, es una correctisima visión de futuro, que debe ser aplaudida por todos.

El autor es activista por una Quisqueya potencia.

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