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VIDEO: Maltrato a la prensa: una vergonzosa rutina que el poder calla

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Logan Jimenez Ramos
Logan Jimenez Ramoshttps://lavozsincensura.com
Consultor en Comunicación Política, Relaciones Públicas, Periodista, Magister en Diplomacia y Internacional y Docente.

Este martes 6 de mayo de 2025, durante la celebración del Congreso Mundial del Derecho en la Universidad del Caribe, Distrito Nacional, se vivió un episodio más de maltrato hacia los periodistas en la República Dominicana, una situación que ya parece convertirse en una costumbre alarmante.

En esta ocasión, el coordinador de prensa de la Dirección de Prensa del Presidente (DPP), Jorge Taveras, conocido en los círculos de la comunicación como "Jortigo", fue el protagonista de este lamentable incidente, al agredir verbalmente a periodistas que se encontraban cubriendo el evento.

Lo más indignante de este hecho es que tuvo lugar en presencia del presidente de la República, Luis Abinader, y a pesar de ello, hasta el momento no ha habido ningún pronunciamiento oficial que condene el acto de irrespeto hacia la prensa. El silencio del presidente Abinader ante estos abusos resulta incomprensible, sobre todo cuando su gobierno ha insistido en la importancia de fortalecer las instituciones democráticas y garantizar el respeto a la libertad de expresión.

Por si fuera poco, el vocero del presidente, el experimentado periodista Homero Figueroa, quien suele ser un "defensor de la libertad de prensa", tampoco ha emitido palabra alguna sobre el incidente, lo que genera aún más incertidumbre sobre la postura del gobierno frente a este tipo de atropellos. Y, aunque muchos pensaron que el señor Daniel García Archibald, director de Prensa del Presidente, (DPP), se manifestaría con una muestra de solidaridad hacia sus colegas, esto no ocurrió, a pesar de que en el pasado ha demostrado apoyo en situaciones similares.

La constante reiteración de este tipo de incidentes pone en evidencia un patrón preocupante: un día son los militares, otro día es el personal de prensa, y mañana, quién sabe. La situación es cada vez más insostenible, y la pregunta que todos nos hacemos es: ¿quién da la orden de tratar con desprecio a los periodistas? ¿Quién está detrás de esta actitud agresiva y despectiva que ya ha sido vista en varias ocasiones?

Este nuevo atropello deja claro que el respeto a la prensa en la República Dominicana está siendo debilitado desde las mismas instituciones que deberían velar por su libertad y protección. Cada vez que un periodista es maltratado, ya sea por agentes de seguridad, funcionarios del gobierno o, como en este caso, empleados de la Dirección de Prensa del Presidente, se está enviando un mensaje negativo sobre la democracia y la apertura del gobierno hacia los medios.

El presidente Abinader y su equipo de comunicación no pueden seguir guardando silencio ante estos abusos. Al igual que el país, la prensa tiene derecho a exigir condiciones dignas para ejercer su labor. El hecho de que los responsables de estos actos permanezcan en sus cargos y sin consecuencias visibles envía un mensaje muy peligroso: la libertad de expresión no se respeta, se tolera; y los periodistas son enemigos a los que se debe controlar, no aliados que deben ser apoyados.

Es necesario que el gobierno y sus funcionarios comprendan que el trabajo de los periodistas no es simplemente un servicio para el poder, sino una herramienta fundamental para el fortalecimiento de la democracia y la transparencia. Las críticas, los cuestionamientos y la investigación son parte esencial de una sociedad sana y democrática. Los periodistas son guardianes de la verdad, no enemigos del régimen.

Los periodistas dominicanos, lejos de buscar el protagonismo o el enfrentamiento con las autoridades, simplemente exigen el derecho a ejercer su profesión libremente, sin temor a represalias, sin tener que soportar acosos verbales o físicos, y sin ser maltratados por aquellos que deberían ser los primeros en apoyarlos.

El gobierno de Luis Abinader tiene la oportunidad de demostrar si realmente cree en la libertad de prensa y la democracia. Las acciones del presidente y su equipo de comunicación en los próximos días serán decisivas. No basta con el discurso de la democracia; se necesita que ese discurso se traduzca en acciones concretas que protejan la labor periodística y promuevan una verdadera relación de respeto entre las autoridades y los medios.

Es hora de que el gobierno deje de mirar para otro lado cuando se trata de defender los derechos de la prensa. El silencio institucional ante estos actos de abuso es, de hecho, una forma de complicidad. Si queremos vivir en una República Dominicana libre, democrática y justa, no podemos permitir que los periodistas sigan siendo maltratados, humillados y despreciados por ejercer su derecho constitucional a informar.

El presidente Abinader, en su rol de líder del país, tiene la responsabilidad de garantizar que estos abusos no queden impunes y de asegurar que el respeto a la libertad de prensa sea una prioridad para su gobierno. De lo contrario, la imagen de su administración será manchada por un permanente autoritarismo mediático que le hará daño a la democracia que tanto promueve.

La prensa no está para ser silenciada, ni humillada, ni controlada. Está para ser libre y crítica, como corresponde a toda sociedad que se considere verdaderamente democrática. Si el gobierno no reacciona, pronto perderá la confianza de aquellos a quienes debería proteger y servir.


Por Logan Jiménez Ramos | Consultor en Comunicación Política | Magíster en Diplomacia y Derecho Internacional | Periodista | Docente.

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