El líder religioso partió a la eternidad, dejando una huella profunda de amor cristiano, enseñanza y servicio
Santo Domingo / Salt Lake City.– Con profundo pesar, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días anunció el fallecimiento del presidente Jeffrey R. Holland, presidente del Cuórum de los Doce Apóstoles, ocurrido la madrugada de este 27 de diciembre de 2025, aproximadamente a las 3:15 a. m. (hora MST), a causa de complicaciones asociadas con una enfermedad renal. Tenía 85 años y falleció rodeado del amor de su familia.
En un comunicado oficial, la Iglesia expresó: “Con el corazón apesadumbrado, anunciamos que el presidente Jeffrey R. Holland, presidente del Cuórum de los Doce Apóstoles de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, falleció hoy aproximadamente a las 3:15 a. m. (MST) debido a complicaciones asociadas con una enfermedad renal, rodeado de su familia”.
El presidente Holland fue llamado como Apóstol en 1994, iniciando un ministerio que se extendió por más de tres décadas, caracterizado por un testimonio poderoso de Jesucristo, una profunda sensibilidad pastoral y una capacidad excepcional para enseñar con claridad, convicción y amor. Su voz firme y compasiva resonó en conferencias generales, visitas pastorales y discursos que fortalecieron la fe de millones de personas alrededor del mundo.
Horas después de recibir su llamamiento apostólico, expresó palabras que marcaron toda su vida ministerial y que hoy resumen su legado:
“Mi total responsabilidad… es dar testimonio del Señor Jesucristo. Por inadecuado que me sienta, es la asignación más agradable, más gratificante y más emocionante que un hombre puede tener en este mundo”.
Un legado de fe, esperanza y servicio
El legado del presidente Jeffrey R. Holland trasciende los cargos que ocupó. Fue reconocido por su defensa incansable de la fe en Jesucristo, su cercanía con los jóvenes, su sensibilidad hacia los que sufren y su llamado constante a la esperanza, incluso en medio de las pruebas más difíciles. Sus mensajes, traducidos a múltiples idiomas, continúan siendo una fuente de consuelo, inspiración y fortaleza espiritual.
A lo largo de su vida, el presidente Holland enseñó que la fe no excluye el dolor, pero sí ofrece propósito, redención y esperanza eterna. Su ejemplo de humildad, firmeza doctrinal y amor cristiano deja una marca indeleble en la historia contemporánea de la Iglesia y en la vida de millones de creyentes.
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, líderes religiosos y miembros en todo el mundo han comenzado a rendir tributo a su vida y ministerio, recordándolo no solo como un apóstol, sino como un siervo fiel de Jesucristo y un defensor incansable del Evangelio.
