La situación de la Ciudad Juan Bosch parece una historia de promesas incumplidas y una comunidad que, cada día más, se siente huérfana de sus antiguos "padrinos". Durante años, los residentes de este sector confiaron en la figura de varios ministros de la presidencia que fueron vistos como aliados clave del desarrollo de la zona. Lisandro Macarrulla, Joel Santos y Gustavo Montalvo fueron algunos de esos pilares que, en su momento, se presentaron como defensores del bienestar de los ciudadanos. Sin embargo, hoy la realidad es otra.
La desaparición de los aliados
En un sector que fue creado con la visión de ser una ciudad modelo para la clase media y un motor de desarrollo para Santo Domingo Este, la falta de agua potable, el abandono de proyectos clave y la inacción de las autoridades se han convertido en el pan de cada día. Los niños ya no pueden ni siquiera asistir a clases con normalidad por la falta de agua en los baños, una situación que es solo la punta del iceberg de una problemática mucho más grande.
Hace unos años, cuando Macarrulla, Santos y Montalvo ocupaban el puesto de ministros de la presidencia, la comunidad de la Ciudad Juan Bosch parecía tener voz. Estos ministros estaban comprometidos con su desarrollo y parecían abogar por el bienestar de sus habitantes. Las promesas de mejora en infraestructuras y servicios eran frecuentes, pero hoy la situación es completamente distinta.
Podemos decir que la Ciudad Juan Bosch no cuenta con esos "padrinos" que luchaban por ella. La ciudadanía se siente desprotegida, sin un liderazgo claro que abogue por sus necesidades más urgentes. Las promesas se han quedado en el aire, y la falta de acción por parte de las autoridades actuales ha dejado a los residentes en un estado de incertidumbre y desesperación.
La ausencia de respuestas y soluciones
Uno de los problemas más graves es la escasez de agua potable, un asunto que debería ser prioridad en una zona urbana en pleno crecimiento. Las cisternas se han convertido en una solución temporal que no cubre las necesidades reales de las gentes. Las bombas que deberían asegurar el suministro de agua están fuera de servicio, y los sistemas de alcantarillado siguen siendo un problema sin resolver.
Mientras tanto, las autoridades encargadas del bienestar de los ciudadanos parecen estar ocupadas en otros asuntos, sin dar respuestas claras sobre qué se está haciendo para solucionar la crisis. Las calles siguen siendo un caos, la falta de servicios básicos afecta la calidad de vida y el sistema de educación pública está en crisis debido a la falta de agua en las escuelas.
¿Quién se hace responsable?
Es válido preguntarse: ¿Dónde están Lisandro Macarrulla, Joel Santos y Gustavo Montalvo? Durante su tiempo en sus cargos, estos exministros fueron vistos como aliados cercanos a la Ciudad Juan Bosch. Sus intervenciones, en muchos casos, traían soluciones tangibles y una sensación de esperanza para los residentes. Hoy, esos mismos habitantes se preguntan por qué la ciudad que ellos ayudaron a impulsar está siendo olvidada. ¿Es que ya no hay quien la defienda?
La ausencia de estos "padrinos" políticos ha dejado un vacío de poder en la poblacion. Los moradores ahora enfrentan una realidad difícil, sin las voces que alguna vez abogaron por sus intereses. Las promesas de desarrollo parecen haberse esfumado, y lo que queda es una sensación de abandono y desconfianza en los representantes actuales.
El futuro de la Ciudad Juan Bosch
La Ciudad Juan Bosch necesita urgentemente un liderazgo renovado, que no solo hable, sino que actúe. Los condomines merecen ver que sus necesidades son una prioridad, que la falta de agua potable, la inseguridad, la falta de infraestructura y el abandono de proyectos no pueden seguir siendo ignorados. Las personas necesita ser escuchadas y, sobre todo, necesitan ver soluciones reales y concretas.
Si algo queda claro, es que la Ciudad Juan Bosch no puede seguir esperando. Si los "padrinos" del pasado ya no están, es momento de que otros se levanten a defender lo que es justo para una comunidad que, como muchas otras en el país, solo pide tener acceso a servicios básicos y una vida digna.
Por: Logan Jiménez Ramos | Periodista, Consultor en Comunicación Política, Magíster en Diplomacia y Derecho Internacional, Docente.